Cerrado × Regalos de navidad
Muchas cosas se sucedieron últimamente en Hogwarts, cosas que él no quiso o mejor dicho, no pudo ver por su reciente mejor amigo demoníaco, cosas de las que comienza a tener consciencia ahora: Un alumno murió, las lechuzas en Hogwarts desaparecieron dejando una mísera quincena en su lugar, no había aprobado pociones, Marina estaba demasiado delgada para su gusto, su cabello sigue siendo un desastre, estuvo por una semana bajo una dieta a base de cabello propio y ajeno -incluso ejemplares caninos-, Ravenclaw ganó la copa de las casas y sobretodo, el profesor Black se besó con la profesora Wakeshima. Muchas de ellas fueron malas, otras buenas, pero a fin de cuentas, con el cierre de año próximo y los molestos balances a los que se somete mentalmente en curso, Atsuki puede sacar muchos puntos a favor y en contra de las situaciones sabiendo que todo tiene sabor agridulce (ese siempre es el sabor de las festividades a su humilde entender). Al menos no debió fingir una confianza inexistente y un vínculo estrecho con su progenitor al verse rodeado de familia política aunque lo negativo es la pelea con su padrino, eso lo tiene desanimado en demasía por ello encontró la oportunidad perfecta de reconciliación en navidad. Después de todo, es Cazqui, la persona que más le importa en este mundo.
Con las demoras en las correspondencia característicos de esas fechas, Atsuki terminó recibiendo los pedidos que hizo a su primo Yutori con el molesto retraso temporal de veinticuatro horas de la tarde de la víspera navideña lo cual podía no ser malo ya que lo más probable es que los destinatarios de cada paquete que envolvió prolijamente con papel madera no se esperaran algo suyo a esas alturas (o llanamente no esperaran nada de nada), de esta forma, trabajó con la ruidosa compañía de Hypnos y luego entre ambos cargaron los paquetes con sus correspondientes notas de papel con forma de origami colgando de una cinta colorida hasta la lechucería y los enviaron a sus destinatarios.